lunes, 17 de octubre de 2022

La Virgen de la Cabeza se hacde presente en el Centro pese a la lluvia.

 

 

Eduardo Nieto

La parroquia de los Santos Mártires ha vivido en esta mañana del domingo una jornada intensa. Tras el rosario de la aurora de la Archicofradía de la Pasión, que salió a las 8.00 horas, fueron los hermanos de la Virgen de la Cabeza los que cogieron el relevo, ya que su sagrada titular, filial de la patrona de Andújar y Sierra Morena, presidió el rosario de la Agrupación de Glorias y conmemoró así el XXV aniversario de la fundación de la hermandad. Esta advocación se acercó a muchos malagueños gracias a su salida procesional por el Centro, muy alejado de su habitual itinerario por La Palma-Palmilla, ya que su sede canónica es la iglesia de San José Obrero. Con esta procesión repite como imagen principal de este rosario, tal y como hiciera en 2009.

Los actos comenzaron a las 8.30 horas con el rezo de los laudes, para comenzar a las 9.00 horas el rezo del rosario por las calles de Málaga y en dirección a la Catedral. Llegó poco antes de las 10.00 horas a la basílica, donde tuvo lugar una misa solemne presidida por el obispo de Málaga, Jesús Catalá. A las 11.00 horas, y tras el final de la misa, iba a comenzar la procesión, pero un chispeo obligó a esperar unos 20 minutos antes de salir en procesión.

La previsión de lluvia se mantenía hasta las 13.00 horas, pero no parecía que fuera a pasar de algo muy leve. Efectivamente, comenzaron la procesión todavía con algunas gotas de agua cayendo, pero cuando la Virgen de la Cabeza cruzó el umbral de la puerta de la Catedral y llegó al Patio de los Naranjos, lucía un tímido sol.

La procesión fue un poco tensa en sus inicios, con un ojo puesto en el cielo. Hubo algunos momentos en que el chispeo reapareció, pero no pasó de algo intermitente y muy suave. Poco a poco los participantes del cortejo se fueron animando. El trono de la Virgen de la Cabeza se meció en la esquina de la torre mocha de la Catedral mientras bailaban, en su honor, una gran bandera burdeos con el Ave María bordado.

Poco a poco, conforme fue avanzando el cortejo, el tiempo se estabilizó y el trono fue cogiendo confianza, empezando a gustarse en al forma de llevar a la Virgen y hacerse notar en un Centro que, quizás por la amenaza de la lluvia, no contó con todo el público que se merecía. Recorrieron el itinerario completo, pasando por la plazuela de la Virgen de las Penas y la iglesia de San Julián, en la calle Nosquera y sede de la Agrupación de Cofradías. Finalmente, llegó sobre las tres de la tarde a los Santos Mártires.


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