miércoles, 3 de marzo de 2010

Chacón ordena borrar de los cuarteles los nombres de militares franquistas


La ministra de Defensa, Carme Chacón, ha ordenado al general Fulgencio Coll, jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, que no elimine sólo los emblemas y símbolos franquistas de los cuarteles e instalaciones militares, sino que borre también las denominaciones de centros y unidades que evoquen a militares del régimen anterior. En concreto, Coll deberá incluir “el cambio de denominación” en la próxima orden general sobre adaptaciones orgánicas, según ha asegurado Chacón al diputado de IU Gaspar Llamazares. La norma sobre adaptaciones orgánicas se elabora cada año.


Coll, que antes de llegar a JEME ya había cumplido importantes encargos del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, como la retirada de las tropas de Iraq y la creación y puesta en marcha de la Unidad Militar de Emergencias (UME), deberá profundizar en la limpieza de los vestigios del franquismo en todos los cuarteles y unidades. Se trata de que no quede ni una alusión al Generalísimo ni a los generales Yagüe, Mola y Varela que todavía dan nombre a centros escolares, residencias militares y centros deportivos del Ejército.


Con ello se trata de cumplir el precepto de la ley de la Memoria Histórica de 26 de diciembre de 2007 que ordenó la retirada de placas, escudos, insignias y otros objetos de la dictadura. Chacón admite que “el Ejército ha desarrollado un gran esfuerzo para realizar un estudio en profundidad” sobre los símbolos del franquismo y afirma que ya se han comenzado a retirar algunos.


Según datos a los que ha tenido acceso El Confidencial, el estudio mencionado por la ministra fue realizado hace un año en todos los edificios de la Administración General del Estado y arrojó un balance de 600 bustos, estatuas, cuadros, inscripciones, medallones y escudos con el Águila de San Juan. El Ministerio de Defensa y los cuarteles y edificios del Ejército conservan 230 vestigios y se sitúan a la cabeza en número de símbolos del régimen anterior, seguidos de los departamentos de Interior (Guardia Civil y Policía), Justicia y Asuntos Exteriores.


La casuística de emblemas y símbolos del régimen anterior es amplísima. Los militares han realizado informes que otorgan valor artístico a una gran parte de los escudos preconstitucionales, con el águila de San Juan, incrustados en los edificios. Así ocurre con los existentes en la fachada de la capitanía de Santa Cruz de Tenerife (subdelegación de Defensa), en el acuartelamiento Sont Simonet de Palma (“el Ayuntamiento tiene interés en proteger dicha fachada”, señalan), en el antiguo Gobierno Militar de Valencia (“integrado en la estética arquitectónica del edificio”) o en los existentes en el cuartel Santo Domingo, también en Valencia (“de gran laboriosidad artística”, dicen respecto al de la fachada principal y “prácticamente inapreciables”, señalan respecto a los de cerámica en los laterales del edificio).


En muchos casos se trata de escudos emplomados, como el existente en el cuartel San Cristóbal de Madrid o en el salón de actos de la Academia de Infantería de Toledo, catalogados por su valor artístico por la subdirección del patrimonio histórico artístico del propio Ministerio de Defensa. En otros casos, los informes aducen que los escudos están integrados en la fachada y la retirada sería costosa. Son los casos del edificio de la calle San Nicolás, en Madrid; el acuartelamiento Palacio Real de Valladolid; el Santa Bárbara de León (“declarado edificio singular por el Ayuntamiento”), el Puerto del Rosario en Arrecife (Lanzarote) o el del Palacio Isabel II en Mallorca.


Águila sin cabeza y Legión Cóndor


En el caso de los escudos existentes en la Escuela de Guerra Naval, en Madrid, y en los edificios de la Armada de la calle Vigo de Pontevedra, Marí de San Sebastián, Antonio López de Santander y Avenida de los Descubridores de Santa Cruz de Tenerife, los militares encargados de realizar la valoración coinciden en que “la eliminación dañaría la fachada” por estar esculpidos en la propia piedra de la misma. En otros casos, como el existente en la avenida de Sanlúcar en Huelva, informan de que “hay presupuesto de una empresa para eliminar las alas y la cabeza del águila por 2.100 euros”.


Sobre el escudo preconstitucional del acuartelamiento El Jarai, en Ceuta, los informes militares señalan que “no se considera que constituyan motivo alguno de exaltación”. En esta ciudad se conserva el Monumento con las huellas del pie del Generalísimo y el mástil del cañonero Dato, vestigios que han sido considerados de “alto valor artístico”. Su ubicación en el observatorio del Monte Hacho, en una parcela declarada como innecesaria para el Ejército, permitirá al Ayuntamiento decidir sobre la conservación del monumento.


La renuencia manifestada por los mandos a la retirada de placas a los fallecidos en la Guerra Civil, bajo el lema caídos por Dios y por España queda de relieve en la mayor parte de los informes elaborados al respecto y permite comprender la expresión de la ministra Chacón de que “los militares han realizado un gran esfuerzo” para realizar el catálogo de las mismas.


Un dato ilustrativo de la resistencia a la retirada figura en el informe sobre el monolito a los pilotos alemanes de la Legión Cóndor fallecidos en la Guerra Civil, junto al aeródromo de Pollensa (Mallorca). El informe militar señala que “por su ubicación y por estar rodeado de maleza y árboles sin cuidados, no es visible desde la carretera, y si se desconoce su existencia, pasa desapercibido, por lo que no se considera necesaria su eliminación”.

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