domingo, 15 de marzo de 2009

ALGO SOBRE CHISTE

EL CHISTE Quien fue su autor ?

Contamos un chiste, posiblemente decenas de veces al día, según sea el sentido de humor de la persona, pero nunca, nunca nos preocupamos ni preguntamos quien es el autor de ese chiste. No es que nos interese para a la Sdad. Gral.de Autores el correspondiente canon, porque si así fuera, sería más de uno millonario.

Los chistes corren de boca en boca a una velocidad increíble; ahora con las nuevas técnicas de comunicación, podemos recibir estos vía e-mail y por todos es sabido que a veces nos lo repiten. Eso significa la fuerza de lo que se quiere comunicar, en este caso un simple chiste, que nos puede hacer reír, o al menos sonreír, y tal como está la vida hoy en día, es algo que necesitamos, pues con ello olvidamos un poco nuestros problemas y nos centramos en el humor.

Para contar un chiste hay que tener un poco de gracia natural, nunca hacerlo forzado por otra persona (“cuenta, cuenta el chiste ese donde…….”). Se puede contar en una reunión de amigos, mientras se toman una cerveza, en el trabajo, en un momento de asueto o “break” para relajarse algo del agobiante trabajo. Y no digamos, parece que es típico al menos en este país, hacerlo en los velatorios, esto, francamente me parece una total y absoluta falta de respeto hacia el que esta de cuerpo presente, así como familiares y amigos.
Si no eres bueno contando chistes, deja que otros sean quienes lo hagan, pues existe siempre el que empieza por el final, lo que ya le quita toda la gracia, o a la mitad de este rectifica porque se ha equivocado.
El chiste cuanto más corto e impactante, tanto mejor. Hay otros que se alargan indefinidamente y desde el mismo principio ya están riéndose; para eso tiene uno que dominar bien el tema, sino, mejor olvidarlo.
Hay lo que solemos llamar “chiste verde” del que hoy en día participa la mujer al igual que el hombre (de ahí la igualdad de género). No es necesario que se caiga en la grosería para contar un chiste picante. Los chistes de género (machistas) normalmente no son bien aceptado porque se confunde ese momento de humor con la convicción de que expresamos nuestro propio parecer; nada más lejos de la realidad.

Es tan amplio nuestro abanico en cuestión de chistes que estos pueden catalogarse en diferentes categorías, por ejemplo: de maricas (gays), borrachos, parejas, matrimonio, de todos los diferentes trabajos que pueda uno imaginar, de muertos, etc.
La relación puede ser infinita, pero nunca preguntamos por el autor del mismo. Como es posible que a nadie se le haya ocurrido “patentar” sus chistes para al menos que sea nombrado como autor del mismo.

Hay millones de frases que han pasado a la historia de políticos, gobernantes, artistas, escritores. Pues bien, al pié de estas frases ingeniosas, siempre siempre figura su autor, Si estas frases célebres sirven como pensamientos para ser estudiados, valorados o criticado, pero el insignificante chiste que nos da un momento de desahogo, riéndonos o simplemente sonriendo, no tiene ese reconocimiento que debería tener.

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